Existe un lugar,-¡si tan solo eso fuera!-
, donde hace mucho tiempo ya,
una emoción purísima y sagrada brotó a la vida…
Fue aliento divino en el árido desierto,
aroma místico de un jardín extraño y lejano,
que penetró las fibras de una lira que hoy calla.
Un viento arrastró aquel acto de fe en la vida…
Quien sabe donde
No existe razón
para esta insaciable sed de eternidad .
II
Ahí,errante desde entonces,
navega tenaz mi corazón.
El mismo árbol…
Fue aquella tarde de verano
frente a un cielo azul y callado
donde juramos llegar al infinito.
Seguros de volver un día ,
ciñendo corona victoriosa.
La misma que hoy se yergue
como sombra,pero tejida de una angustiosa y rara belleza.
Ahí reposa una luz que nos rebasa
Y que guía y consuela en medio de esta larga noche
III
¿Adonde voló aquel instante
cargado de inocencia y sueños?
Flores marchitas, que robó el fauno de la noche.
Capitán bisoño que naufragó sin rumbo
Su compañera fue la oscura noche
Y un huracán su almohada.
Algún día, tal vez piadosa, la ola rebelde
le arroje a una orilla.
Ojala, ahí, encuentre aquel árbol que marcó la ruta que perdió
Y en él, aquella emoción sagrada, aun le espere…
Y diga, tal vez ya con voz cansada, pero resuelta:
¡Reposa corazón, y vuela
lejos, muy lejos…porque aquí, un día juramos llegar al infinito!